sábado, 9 de enero de 2010

Para, da un paso atrás... y observa lo que te rodea

Siguiendo desde aqui los hilos hasta una noticia del Washington Post... llegamos a esta historia con moraleja que no he querido escapase a Explorando.

Estación de metro en Washington, DC en una fría mañana de enero de 2007. El hombre con su violín toca seis obras de Bach durante 45 minutos. Durante ese tiempo, aproximadamente dos mil personas pasaron por la estación, la mayoría de ellos camino a su trabajo. Luego de 3 minutos, un hombre adulto se da cuenta que hay alguien tocando. Detiene su paso y para unos segundos, luego sigue apurado a cumplir con su agenda.

4 minutos más tarde: el violinista recibe su primer dólar, una mujer lo dejó sin detener su paso y continuó caminando.

6 minutos: un jóven se apoya contra la pared para escucharlo, luego ve su reloj y sigue caminando.

10 minutos: un niño de 3 años se detiene pero su madre lo apura. [...]

45 minutos: el músico tocó sin parar. Sólo 6 personas se detuvieron a escucharlo. Alrededor de 20 dejaron dinero y siguieron caminando. El hombre recolectó 32 dólares.

1 hora: el hombre termina de tocar y se hace silencio. Nadie lo nota, nadie aplaude.

La gente no sabía que se trataba del violinista Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo. Él tocó obras de las más difíciles, con su violín que vale $3,5 millones de dólares. Dos días antes, Joshua tocó en un teatro en Bostón, con una entrada de costo promedio 100 dólares.

[...] Esta es una historia real. Joshua Bell tocó de incógnito en la estación, en una idea organizada por el Washington Post como un experimento social sobre percepción, gustos y las prioridades de la gente.

La pregunta es: en un lugar común, en una hora inapropiada, ¿podemos apreciar la belleza? ¿nos detenemos a apreciarla? ¿reconocemos talentos en un contexto no esperado?

Una conclusión posible de este experimento puede ser: si no tenemos un momento para detenernos y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo, tocando las canciones más bellas jamás escritas, con uno de los instrumentos más increíbles… ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?

Poco más que añadir a la historia... que quede aqui como recuerdo de la importancia de aprender a disfrutar cada faceta y momento de la vida... aunque sea en el atasco coñazo de cada mañana...

Os dejo con el video de la actuación.



Si vais con prisa y veis un músico en el metro...
no pareis... ¡¡pero disfrutad mientras lo oís!!
Indy